La falta de suministros no llega hasta las empresas de ensamblaje de estos vehículos, aunque sufren los efectos de unos plazos más largos. Entre los fabricantes no hay protestas en cuanto al suministro de piezas, que provienen en gran parte de Asia y de Estados Unidos, pero algunos sí reconocen que existen otras problemáticas reales, como los plazos para la entrega de los diferentes componentes electrónicos.
“Aunque la electrónica que controla nuestros motores la hacemos en España, la mayoría de componentes vienen de fabricantes asiáticos y los plazos de entrega se han alargado muchísimo”, reconocen fuentes de Mooevo, empresa especializada en la fabricación de equipos de asistencia para la movilidad eléctrica urbana. Por ello, entre las soluciones que este proveedor ha encontrado, están la planificación con mucha antelación o la compra de componentes alternativos, aunque ello hace aumentar dos y tres veces el coste de cada componente. “Todo esto puede suponer un incremento del precio de entre el 20% y el 50%”, asegura la compañía.